29 de febrero de 2024
La medicina estética corporal ha evolucionado mucho en los últimos años, ofreciendo técnicas no invasivas para abordar preocupaciones estéticas como la grasa localizada, la celulitis, las estrías y la flacidez sin pasar por quirófano. Estos tratamientos proporcionan una alternativa efectiva a la cirugía, permitiendo mejorar la apariencia del cuerpo sin tiempos de recuperación prolongados.
La grasa localizada es la acumulación de tejido adiposo en áreas específicas del cuerpo, como el abdomen, los muslos, los glúteos o los brazos. A menudo, esta grasa es difícil de eliminar incluso con dieta y ejercicio. Sin embargo, existen diferentes tratamientos que pueden ayudar a reducirla. Las ondas electromagnéticas y neuromusculares tienen un efecto inmediato en la reducción de la grasa corporal: reduce el diámetro de caderas, cintura y muslos a la vez que produce un aumento en la musculatura del cuerpo. Otras opciones son la remodelación corporal, la radiofrecuencia, el ultrasonido, la terapia de estimulación muscular o el lifting sin cirugía.
La celulitis es una de las preocupaciones más comunes de las mujeres, que consiste en la acumulación de tejido adiposo principalmente en muslos y glúteos. Tiene un alto componente hormonal, pero puede incrementarse con una mala alimentación, la retención de líquidos y una vida sedentaria. Aunque las cremas anticelulíticas son útiles, por si solas no ofrecen resultados visibles. La tecnología es una herramienta poderosa que multiplica la acción del masaje manual y contribuye significativamente a tonificar la piel, siendo clave para obtener resultados satisfactorios.
Un enfoque integral, que incluya una planificación del tratamiento, pautas de vida saludable, como ejercicio moderado, mucha hidratación y una dieta equilibrada, junto con sesiones periódicas en un centro médico, es esencial para combatir la celulitis de manera efectiva.
Existen multitud de técnicas novedosas, cada una con unas características específicas dependiendo del grado de celulitis que necesitemos tratar, como las ondas electromagnéticas, la mesoterapia, la carboxiterapia, el ultrasonido o la terapia de estimulación muscular que son efectivas para mejorar la calidad de la dermis, reducir la grasa acumulada y tratar la retención de líquidos. También resulta muy efectivo el tratamiento con láser para ordenar y dar espesor al colágeno de la piel y mejorar así la piel de naranja.
Otro de las afecciones más comunes, con incidencia tanto en hombres como en mujeres, son las estrías, unas marcas que aparecen en la piel cuando esta se estira o se encoge rápidamente; son comunes durante el embarazo, la pubertad o cuando se gana o pierde peso rápidamente. Aunque las estrías no representan un problema de salud, muchas personas buscan tratamientos para reducir su apariencia. Para prevenir las estrías, se recomienda el uso de emolientes que conserven la hidratación y elasticidad de la piel. Una vez presentes, sería necesario aplicar un tratamiento profesional para lograr atenuarlas, aunque no pueden desaparecer por completo. En su fase más aguda, cuando están rojas, podemos conseguir una mejoría muy importante hasta su casi desaparición y en la fase crónica, cuando están blancas, difuminarlas.
Los tratamientos más adecuados serían la mesoterapia, que consisten en una profunda nutrición dérmica, la carboxiterapia, debido a que favorece la regeneración cutánea mediante la estimulación de formación de colágeno y el PRP (plasma rico en plaquetas), porque al utilizar plasma del propio paciente no existe ningún riesgo de rechazo a la sustancia y se garantiza un buen resultado. El uso del láser con dos longitudes de ondas diferentes también resulta muy efectivo; el neodimio, para estimular la formación de colágeno ordenado y para dar espesor a la dermis y el ablativo de erbio, para reproducir una cicatrización ordenada, ayudan a mejorar las estrías. Estos tratamientos logran una mejoría significativa, reduciendo su extensión, mejorando la textura y tratando la coloración.
Evitar cambios bruscos de peso es crucial, ya que la piel necesita tiempo para adaptarse a un nuevo contorno corporal. Las fluctuaciones constantes de volumen pueden provocar la aparición de estrías y otras irregularidades en la piel, por lo que mantener un peso estable es beneficioso para la salud cutánea.
Existen también tratamientos corporales enfocados para tratar la flacidez sin necesidad de pasar por quirófano. La radiofrecuencia estaría indicada cuando la flacidez es moderada, al actuar sobre las capas más profundas de la piel, y para zonas pequeñas, como cara u ombligo, lo más recomendado es realizar un peeling (cuando la flacidez es leve) o una lipólisis asistida por radiofrecuencia, con la que se obtienen resultados visibles desde la primera sesión. Del mismo modo que son muy efectivas para la celulitis, la carboxiteraia y la mesoterapia están indicadas para tratar la flacidez. Uno de los tratamientos más novedosos consiste en la remodelación corporal mínimamente invasiva, que elimina la flacidez en una sola sesión y con un tiempo de recuperación mínimo. Para conseguir mejorar la tensión de la piel y reducir la flacidez, los protocolos de sculpting con el láser mejoran la elasticidad en el abdomen después de un embarazo o después de pérdidas de peso, así como el envejecimiento tanto en abdomen como en las piernas y brazos. El cuidado adecuado de la piel es esencial, lo más recomendable es el uso continuado de cremas hidratantes y reafirmantes, que puede ayudar a prevenir la flacidez cutánea, colaborando en el mantenimiento de una piel firme y elástica. Igualmente, la hidratación interna a través del consumo adecuado de agua es fundamental para la salud y apariencia de la piel.
Cada caso es único, por lo que siempre hay que acudir a un especialista, que te recomendará qué tratamiento es el más más adecuado para conseguir tus objetivos, teniendo en cuenta tus preferencias personales y otras características.
La realización de tratamientos de medicina estética corporal, que involucran tecnología avanzada, requiere de la experiencia de profesionales altamente cualificados. Solo ellos poseen el conocimiento necesario para realizar estos tratamientos de manera precisa y segura, minimizando los riesgos y maximizando los resultados para los pacientes.
En algunos casos, a pesar de los tratamientos no invasivos, puede ser necesario valorar la opción de la cirugía plástica para abordar preocupaciones estéticas específicas con mayor efectividad.
Realizar estos tratamientos durante el invierno y la primavera ofrece varias ventajas, la primera de ellas es que podremos disfrutar de un resultado óptimo en verano, ya que, al ser menos invasivos, sus efectos no son inmediatos, como sí lo son en el caso de la cirugía, sino que pueden requerir tiempo para que sean visibles. Por otro lado, algunos tratamientos pueden hacer que la piel sea más sensible al sol, por lo que es ideal realizarlos durante las estaciones menos soleadas.
Para maximizar los resultados y mantenerlos en el tiempo, es fundamental complementar estos tratamientos con hábitos de vida saludables, como una dieta equilibrada y con la práctica de ejercicio con regularidad. La combinación de tratamientos no invasivos con un estilo de vida saludable puede potenciar significativamente los efectos estéticos deseados.
