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19 de julio
La relación entre el linfoma anaplástico de células grandes con ciertos implantes mamarios ha estado vigilada con lupa desde que en 2011 la FDA (Agencia del Medicamento de Estados Unidos) lanzó la primera sospecha. En España, desde 2012, el Ministerio de Sanidad ha recibido la notificación de 129 sospechas de casos, de las que se han confirmado 94. La mayoría de los casos han tenido un curso favorable en cuanto se han retirado los implantes.
Hablamos con la doctora Carmen Iglesias, jefa de servicio de Cirugía Plástica en el Hospital Nuestra Señora del Rosario, para conocer los motivos por lo que se puede desarrollar un linfoma anaplástico de células grandes y en qué casos debe sospechar y acudir a consulta una paciente con un implante mamario.
Pregunta: El linfoma anaplásico de células grandes es un tipo de cáncer, ¿puede explicarnos en qué consiste esta enfermedad?
Respuesta: Hay dos enfermedades oncológicas relacionadas con los implantes mamarios, el linfoma anaplásico de células gigantes (BI-ALCL de sus siglas en inglés, breast implant associated anaplasic larg cell lymphoma) y el carcinoma escamoso (BIA-SCC, breast implant associated squamous cell carcinoma). Ambos se dan solo en pacientes portadoras de implantes mamarios, indicados tanto con fines estéticos como con fines reconstructivos. En el primer caso, están relacionadas con la asociación a implantes mamarios macro texturizados en su mayoría, aunque no todos. El segundo no parece tener esa asociación.
El implante mamario en determinadas mujeres puede producir una inflamación crónica que puede generar la acumulación de líquido (seroma tardío, porque aparece años después del implante) o hinchazón en la mama (edema). El primero de los síntomas que nos haría sospechar sería un aumento en el tamaño de una mama y presión o pesadez, posteriormente puede aparecer dolor y ascenso de la prótesis. En los casos más avanzados puede llegar a palparse una masa.
P: ¿Qué pronóstico tiene esta enfermedad?
Si se detecta un linfoma anaplásico de células grandes de forma precoz, el pronóstico es bueno. El tratamiento recomendado suele ser la retirada de los implantes, con lo que se consigue la curación. La evolución depende del estadio en el momento del diagnóstico.
Los implantes mamarios deben controlarse periódicamente. Se recomienda una prueba de imagen cada 2 años los diez primeros y anual posteriormente. Con ello y la vigilancia cuidadosa por parte de la paciente y de su cirujano, el diagnóstico de la patología será precoz y su pronóstico es bueno.
P: Los casos que vinculan el linfoma anaplásico de células grandes con los implantes mamarios se han dado en implantes de cubierta texturizada o rugosa, no lisa. ¿Cómo son estos implantes?
Este linfoma se relaciona, en el 82% de los casos, con los implantes de cubierta rugosa o texturada, habiendo muy pocos casos de implantes con cubierta lisa.
Esto se puede deber a que la superficie de los implantes rugosos o texturados suelten mayor número de partículas de silicona que favorecen el desarrollo de células malignas en la cápsula o el líquido que rodea al implante. Aun así, debido a la baja incidencia, las autoridades sanitarias han establecido que estos implantes son seguros para las pacientes.
P: ¿Qué relación hay entre los implantes mamarios y el linfoma anaplásico de células grandes? ¿Qué hace que se desarrolle la enfermedad?
Se postula que es una inflamación crónica en pacientes genéticamente predispuestas, aunque los mecanismos exactos no se han establecido aún, por lo que se considera que puede tener un origen multifactorial. Si analizamos los datos, desde 2012 se han confirmado 94 casos. El número de mujeres que han recibido un implante mamario desde esta fecha es de 518.000, con lo que la prevalencia es muy baja, es decir, sólo el 0,016% de los implantes que se han realizado en España desde 2012 han causado un linfoma anaplásico de células grandes.
P: ¿Qué debería hacer una mujer sana que tiene este tipo de implante? ¿Les aconseja quitárselos?
Como he comentado anteriormente, todas las mujeres con implantes deben hacerse seguimiento bianual en los primeros 10 años con una prueba de imagen y posteriormente anual. Además, en caso de presentar síntomas, deben acudir al especialista. Estos síntomas pueden ser: aumento de tamaño de la mama y sensación de tirantez o pesadez, que se debe a la presencia de líquido alrededor del implante; cambio en el aspecto de la mama; dolor y en algunos casos se puede llegar a palpar una masa.
En ningún caso se recomienda la retirada de las prótesis de manera preventiva, teniendo en cuenta la baja incidencia del linfoma anaplásico de células grandes en mujeres que tienen un implante mamario.
P: ¿Cómo puede saber una mujer el tipo de implante que tiene?
Por ley es obligatorio entregar a la paciente, en el informe de alta, toda la información sobre el implante que han recibido; generalmente se les da una cartulina con las pegatinas identificadoras. En caso de haber perdido o no encontrar esta información, el centro dónde se realizó la intervención tiene también todos los datos anotados en la historia clínica de la paciente.
P: ¿Son seguros los implantes mamarios?
Todo material extraño introducido en el organismo debe ser vigilado para evidenciar su deterioro, los exámenes periódicos nos permiten ese estrecho seguimiento. Todos los implantes mamarios se someten a rigurosas pruebas para verificar que son seguros para los pacientes. En los últimos años, además, los implantes mamarios han mejorado en cuanto a durabilidad y seguridad, y están hechos para su uso a largo plazo, por lo tanto, sí, los implantes mamarios son seguros para las pacientes.
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